Tomarse la justicia por la mano



Tomarse la justicia por la mano

¿Existe mayor injusticia acaso
Que insular con desparpajo
A la madre del enemigo
Cuya enfermedad ya ha vencido?
Tamaña falta me parece
Que me mueve a recuperar el honor
Aunque sea a costa del dolor,
Porque nadie me saca de mis trece.
¿Cómo se atreve el villano
A mancharme con su presencia,
Y a poner a prueba mi paciencia
Y también la de mi mano?
Y como si nadie lo viera
Se cobra el primer tanto,
Pero se golpea de canto
El infame contra la acera.
¿Castigo suficiente ha recibido?
Puede que de momento,
Pero no cesará en su intento
De devolverme lo merecido.
Triste historia es ésta,
Tantas veces repetidas
Y por pocos aprendida,
Lección valiosa y funesta.
La venganza se sirve
Como mortadela fría,
Si bien es cosa vacía
Como la historia que se escribe.
La vida es lucha continua.
Pocos golpes recibí,
Y aún menos devolví,
Pues la guerra es cosa antigua,
Si bien existían principios
En el honor de la muerte.
Hoy ya no existe esa suerte,
Ni tan siquiera sus indicios.
Hoy en día prevalece
La opción de dar al de al lado
Todas las hostias y palos
Como a uno bien le parece.
¿Acaso cometí mayor pecado
Defendiéndome de mi agresor
Y recuperando el honor
Que el cobarde me hubo robado?
Pues ya nadie se preocupa
De honrar de su madre el nombre,
De la que nació y le hizo hombre,
De la que le protege y disculpa.
Y ya sea por astucia,
O más bien por simple rencor
El causar grave dolor
Y encima llamarlo Justicia.
Acciones deplorables
Para otros memorables.
Tomarse la justicia por la mano
Es un acto muy humano.

S.C.D.


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