Volver a escribir

Hoy hace exactamente 347 días que no escribo nada. Y cuando digo nada, es nada. Ni un triste párrafo, ni unos simples versos. Nada. Y me he preguntado ¿por qué?

¿Por qué llevo tanto sin escribir? ¿Por qué lo dejé? Pensé en dejarme en barbecho para ver si así me volvía la inspiración. Pero no, no ha sido así, sino todo lo contrario. Me he acostumbrado a perder ideas, a no hilar, a no obligarme a mover los dedos. A perder una parte de mi esencia, en definitiva.

¿Por qué dejé de escribir? Pensé que mi creatividad saldría por alguna otra vía. Pero no, he visto que no. Y eso se me ha juntado a otras cosas que han hecho que me hunda un poquito los tobillos. El terreno pantanoso que piso está formado por todas las palabras que no escribí y que tiré de manera descuidada sin saber muy bien dónde.

Pero aquí están, a mis pies, esperando a ser recogidas, ordenadas, escritas, leídas y pronunciadas. Ahora tengo claro que fue un error. Ahora tengo claro que nunca debí dejar de escribir.

Nunca más. Y así lo dejo escrito.