Orgullosas
Nunca he sido el mayor defensor de nuestro país y de nuestra sociedad. Y, sin embargo, a veces me sorprende para bien.
Una de esas veces fue en el 15-M, un movimiento prácticamente espontáneo que, espero, se estudie en los libros de texto de años futuros. Porque la gente salió a la calle a decir BASTA YA, a decir que estamos cansados de tantas tonterías. Y a día de hoy no se puede negar que el 15-M cambió el panorama político de nuestro país.
Ayer fue otro de esos días. Un 8-M que, ya desde el año pasado, se veía que iba a ser ruidoso. Pero más que ruidoso ha sido escandaloso, estrepitoso, ensordecedor. En el aire se notaba una sensación, una premonición, de que la sociedad ha vuelto a decir BASTA YA, a decir que estamos cansadas de tanta desigualdad. Diferentes generaciones de mujeres (y de hombres) se echaron a la calle para denunciar las injusticias que sufren las mujeres en todo el mundo. Espero que esa sensación, igual que el 15-M, produzca algún tipo de cambio en nuestra sociedad.
La repercusión mediática que tuvo la jornada de ayer, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, solo puede calificarse como de éxito rotundo. Quizás la huelga no tuvo el seguimiento suficiente, pero las movilizaciones a lo largo del día, así como el seguimiento de todos los medios de comunicación, convierten a este 8-M como un día histórico.
Habrá a quien le pese. Habrá quien no lo entienda y no lo quiera entender. Habrá a quien le escueza. Por eso hay que seguir luchando y educando, queda un largo camino por recorrer para producir un cambio de mentalidad en el conjunto de la sociedad. Pero si el día de ayer sirvió para sembrar el germen de ese cambio, ya bien habrá valido la pena.
Porque el día de ayer no es sólo una reivindicación nacional, es una reivindicación mundial contra todos los abusos que sufren las mujeres en cualquier parte del globo. No nos quedemos con la foto fácil. Intentemos mirar el cuadro global. Que los privilegiados luchen por los menos favorecidos no es algo que se haya dado en muchos momentos de la Historia. Y eso sí que es histórico.
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