Reflexiones con cuenta atrás
Te vas una semana y cuando vuelves todo sigue igual. Todo
sigue en su sitio. Inmutable. Interminable. Perdurable. Vivimos en una sociedad
reacia a los cambios, en la que los cambios significan esfuerzo. Los cambios
han llegado a producirnos miedo. Solo queremos que las cosas se queden donde y como están. Sin lugar para el libre pensamiento o la rebeldía.
Vivimos en una pseudo-democracia postconsumista en la que
sólo podemos elegir entre el menos malo de los aspirantes a gobernante con
capirote de esta enorme mierda que llamamos sociedad. Y ya nos limitamos a
mirarnos y a echarnos la bronca por no votar. Por no votar al menos malo.
Porque jamás ha habido uno bueno. Elige entre dos. O ahora entre cuatro. Miedo a los cambios.
Hay que destruirlo todo. Hay que reducirlo todo a cenizas.
Hay que reiniciar el sueño. Hay que eliminar toda la Historia para poder crear
algo mejor. Algo bueno e incorruptible. Algo así como un sueño.
Preparados para
expulsar el alma en diez, nueve...
Caos organizado. Grupos de apoyo y similares. La burocracia
de la anarquía. Destrucción de la sociedad. Una glaciación cultural provocada.
Una Edad Media renacida. Hay que destruir todos los vestigios de nuestra
Historia, borrarla por completo. Cuando ya no queda nada es cuando puedes
empezar a construir los cimientos.
Ocho, siete...
Quiero destruir todo aquello que no tendré. Todas las cosas
hermosas que jamás poseeré y que acaban por poseer a otras personas. Quiero que
todos los peces del mar que jamás comeré mueran. Quiero que todas las playas
que jamás pisaré sean víctimas de vertidos tóxicos. Quiero quemar el Louvre y
limpiarme el culo con la Mona Lisa. Quiero disparar botes de pintura a todos
los cuadros de Francis Bacon. Quiero respirar humo. Quiero destruir la
civilización para hacer de la Tierra un lugar mejor.
Seis, cinco...
Justifica la Anarquía. Imagínatelo. La humanidad obligada a
hibernar hasta que la Tierra se recupere de todas las mierdas que le hemos
hecho.
Cuatro...
El cambio provocado. Regurgitación de las cenizas. Tierra a
la tierra. Polvo al polvo. Cenizas a las cenizas. El viento en tu pelo. El sol
en tu cara. El mar frente a tus ojos. Y los magros vestigios de una
civilización pasado enmarcando la foto.
Tres...
Imagínatelo. Imagina que puedes votar por algo bueno. O
hacer algo bueno. Nos han enseñado a odiar los cambios. A no movernos. A
permanecer estáticos e inmutables. Sueños que no se reproducen, ni se liberan
de esa jaula llamada noche. Pero ellos no saben de lo que eres capaz. Tú no
sabes de lo que eres capaz. Lo que ellos no entienden es que nada perdura. Todo
se destruye. En un plazo de tiempo suficientemente largo la esperanza de vida
de cualquier individuo se reduce a cero. Los animales viejos son una anomalía
natural. Monstruos de la naturaleza. ¿En qué nos hemos convertido?
Dos, uno...
Preparados para expulsar el alma. Si pudieras ser el peor
enemigo de Dios o nada... ¿qué elegirías?
Cero.
PD: Esta entrada no es original, es reciclada de una entrada de mi Fotolog del 21 de febrero de 2009 basada en El Club de la Lucha de Chuck Palahniuk.
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