Crisis de valores

La crisis... hemos oído demasiado hablar de ella en los últimos tiempos. La crisis... ¿económica? ¿Financiera? ¿De los mercados? Creo que la crisis más cruel y que durante más tiempo pagaremos es la crisis de valores, la crisis de principios morales, la crisis de la ética.

Ha bastado un pequeño empujoncito para tirar por la borda miles y miles de principios que creíamos importantes en nuestra vida. Quizás el más básico de todos y que ahora nadie reconoce haber tenido: el fin nunca justifica los medios. Principalmente cuando esos medios son personas


Gracias a la crisis, si es que existe de verdad -algo que yo siempre he puesto y pondré en duda-, hemos sustituido nuestros principios morales por algo mucho más superficial y banal: el miedo y el dinero. Ambos son estrictamente necesarios para sobrevivir en la sociedad en la que vivimos, pero sólo en su justa medida. Han creado una espiral, un pez enorme que se muerde la cola, una burbuja a punto de estallar: el miedo a no tener dinero que genera más miedo a no ganar el suficiente dinero para tener tanto miedo que lo único que nos haga sentir seguros es el dinero.

Hemos dejado de lado un principio básico universal: la solidaridad. Han conseguido desplazarlo a un lado y sustituirlo por el recelo, el miedo y la envidia. En tiempos de crisis siempre se esgrime la xenofobia y el racismo como primer arma de destrucción masiva. Crea desconfianza, que la gente no se pueda fiar ni siquiera de su vecino, y habremos vencido. Un pueblo desunido es un pueblo sin poder. Sin embargo, el único poder que pueden esgrimir contra nosotros es el miedo y el dinero.


Mientras, sintámonos seguros en nuestros tronos de papel mojado fabricados en Ikea con billetes empapados en sangre. Hablando de papel mojado, lo primero con lo que se limpian el culo la gente que ha provocado esta espiral descendente de valores son los derechos más básicos de la gente: educación, sanidad, ayudas sociales, libertad de expresión, trabajo y vivienda dignos. ¿Qué es lo que tenemos ahora? Unas leyes aprobadas por esta Dictatocracia que solo fomentan la desigualdad, la desconfianza y el miedo.


Me llama mucho la atención aquella gente que cree tener una moral más elevada que el resto por el hecho de ser católico o cristiano, cuando esas personas son las primeras en dar la espalda al necesitado y al diferente mientras se conforman con echar unos euros en el cepillo de su iglesia preferida. Es una actitud hipócrita. Quizás hayan olvidado que las primeras comunidades cristianas se basaban en la solidaridad. Eran sociedades donde los más ricos vendían sus pertenencias para compartir ese dinero con los más pobres. Quizás hayan olvidado ese pasaje que dice "Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a verme, [...] en verdad  os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mi me lo hicisteis." Quizás lo hayan olvidado porque cuando miras al suelo de tu iglesia sólo ver mármol de Carrara y cuando miras al techo sólo ves pan de oro. ¿Qué clase de Dios vive en un lugar así? No mi Dios, desde luego.

Mientras lo único que te importe es el dinero y conviertas a las personas en medios para conseguir un fin, jamás tendrás mi respeto. Sé que mi respeto no vale una mierda y no le importa a nadie. Esto es chantaje emocional del barato. Pero al menos yo creo que cualquier persona vale más que el dinero y que no es necesario tener dinero para ser feliz. Quizás el único momento en el que seas feliz de toda tu vida será el momento en que dejes de vivir, así que, ¿de qué tienes miedo? Lo único que podemos perder es el miedo y el dinero, y ninguno de ellos vale lo que nos dicen que vale. Su valor es tan subjetivo que, en realidad, no tienen ningún valor


Comentarios

  1. Los principios es lo más básico a la hora de minar... y lo más devastador en una sociedad. Piensa en cómo se derrumbó el Imperio Romano... o en las recomendaciones de Maquiavelo para dominar un reino. Ahora en Cataluña se les ha ocurrido que es muy buena idea que en los colegios unos padres denuncien a otros si CREEN que han hecho trampas para conseguir plaza en un colegio, por ejemplo empadronándose donde no debían. Obviamente no es nuevo, aún no hemos llegado a denunciar a nuestro vecino para que lo maten pero si ya empezamos a denunciar al vecino aunque no muera, estamos más cerca de repetir la Historia y olvidar que todos los seres humanos somos iguales y la solidaridad un principio básico de impulso social.

    Me he enrollado de lo lindo pero sé que me quieres igual... jeje

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  2. soy Elvira, logicamente... antes no me dejaba firmar con mi identidad bloguera... grrrrrr

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    1. Ya me he imaginado, jaja!!

      Te quiero cuando te enrollas... conmigo! ;)

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