Razas y amenazas
Hace unas semanas que le vengo dando vueltas a qué escribir. Tengo ideas sobre los bancos, sobre las relaciones, sobre el futuro, sobre los impuestos.
Al final he decidido hablar sobre los genes, porque en el metro me crucé con una persona latina con genética indígena y me pregunté por qué tantas diferencias genéticas entre unos y otros. Unos somos altos y blancos, otros fuertes y negros, otros delgados y amarillentos, otros resistentes y tostados.
La humanidad ha evolucionado durante miles de años hasta adaptarse al medio en el que vive. Y no contentos con ellos, hemos sacado de su zona de confort genético a toda raza humana y la hemos esparcido por el mundo, lo que nos hace reflexionar si es el ser humano el que se adapta a su entorno o si es el ser humano el que ha llegado a domar y adoptar el entorno a sus necesidades.
Porque un esquimal puede adaptarse a vivir en climas tropicales y un subsahariano a vivir en países nórdicos. El cuerpo humano es una máquina muy bien engrasada y absolutamente adaptativo, dentro de sus límites, y con un cerebro prodigioso que le permite transformar su entorno y convertirlo en suyo, eliminando las amenazas que puedan existir.
Y eso también tiene su lado malo, ya que destruye todo ecosistema sin adaptarse a él, alterando el equilibro del planeta. Al eliminar las amenazas en contra del ser humano, es el propio ser humano quien se convierte en amenazas para el resto de seres vivos que existen. Pero eso ya es otra historia.
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