Geometría proyectiva
Hoy he decidido recuperar esta poesía, que escribí durante
un examen de geometría proyectiva en el que me quedé en blanco en primero de
carrera, allá por 2005. Por descontado, suspendí aquel examen. La geometría
proyectiva, sin ser excesivamente compleja, se me daba extraordinariamente mal.
Nunca llegué a sacar más de un 4,0. Menos mal que compensé esa nota con dibujo
diédrico.
El catedrático de Dibujo, al corregir el examen y ver esta
poesía, la colgó en la corchera de su despacho hasta que falleció en 2015. La
que fue mi profesora de Dibujo, Lola Sondesa, me encontró por Linkedin y me
dejó el siguiente mensaje:
"Todavía guardo la brillante poesía que le tocó en
suerte leer al catedrático recientemente fallecido D. Manuel Prieto Alberca.
Decía así:
Geometría proyectiva
Héte aquí que me encuentro frente a un difícil problema
al que no sé enfrentarme ni aplicar ningún teorema.
Fútiles son mis intentos y mis quebraderos de cabeza
por lo que he decidido irme a beber cerveza
para tranquilizar el cuerpo y aplicarse con la física
pues es el último examen, y a las cinco, hora crítica.
Intento definir cónicas, homografías, correlaciones,
involuciones rectilineas o simples biyecciones.
Pero ni una ni otra cosa han sido nunca mi fuerte
y he venido a este examen encomendando a la suerte,
pero no me ha acompañado más que un breve trecho
y ya no sé hacer más de lo que aquí está hecho.
Esta breve poesía no subirá nota
pero espero que alegre el día al corrector o correctora
(que los designios divinos o por simple y pura
"potra")
que le haya tocado leer estas cortas estrofas.
Te la guardo por si algún día quieres recuperar esta pequeña
muestra de tu talento literario... ahora estoy en la sala de investigadores, en
el segundo sótano de biblioteca.
¡Un abrazo y encantada de poder volver a saludarte!"
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