¿Voto útil?
Me comentaba ayer un amigo, ahora que se acercan las elecciones municipales, que no cree en eso del voto útil. Que ya se la han colado demasiadas veces. Que estuvo a punto de votar a Zapatero. Y que va a votar a la iniciativa Escaños en Blanco.
Estos días, los politicuchos de turno salen a la palestra para pedirnos que vayamos a las urnas, que no nos quedemos en casa. Y que utilicemos el voto útil, que no votemos a partidos minoritarios que no sacarán el número mínimo de votos para obtener un escaño y, por tanto, nunca podrán poner en práctica sus programas. Pero que votemos. En definitiva, el mensaje se reduce a pedirnos que los votemos a ellos.
El voto útil, a fin de cuentas, consiste en votar a un partido que sacará un número de representantes suficientes como para hacer política -sea lo que sea que signifique eso-, lo que equivale a seguir votando a los mismos partidos políticos, nos gusten o no.
La idea del voto útil excluye a las minorías y la posibilidad de que aparezcan nuevas alternativas políticas, perpetuando el sistema. Y el sistema que tenemos no es más que un bipartidismo mercantil pactado en el año 78 y votado por una población esperanzada y, por tanto, engañada. Los mercaderes, los usureros y los ricachones de antaño siguen manejando el cotarro como si nada hubiera cambiado.
No es oro todo lo que brilla. Ni lo azul es todo cielo puro limpio de nubes, ni lo rojo es todo sangre del mártir, ni lo naranja es todo luz de un nuevo sol, ni lo púrpura es todo progreso, ni lo morado es todo... zumo de uvas.
Nos hacen creer que solo podemos hablar en las urnas cada cuatro años, que no votar es el mayor error que podemos cometer, mientras el sistema de clases se mantiene y se acentúa y nos llenan de miedo el cuerpo a base de porrazos, multas e injusticias. Pero se equivocan. El mayor error que podemos cometer es pensar que con el voto se puede cambiar algo mientras nos impiden protestar, denunciar y luchar por lo que es justo.
No, el voto no cambia nada. El único voto útil es el que nos permitiera echarlos a todos. El que nos permitiera derrumbar este sistema corrupto y reconstruirlo en uno más justo. El que nos hiciera a todos iguales. El que dejara de lado colores e ideas y solo buscar el mejor futuro para todos. Pero claro, se nos olvidaba que el futuro nunca existió.
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