Error del Sistema
Nacemos y crecemos dentro de un Sistema que no hemos elegido. Bien, eso no lo podemos cambiar, pero... ¿podemos cambiar el Sistema en el que vivimos?
Analicemos el Sistema. Eres fichado desde tu nacimiento. Eres controlado durante tu desarrollo. Tu educación es manipulada, tu sanidad es pervertida y tu futuro es violado constantemente. Estás obligado a estar identificado dentro del Sistema. Estás obligado a tener una cuenta en un banco si quieres tener un trabajo. Si trabajas, pagas. Si tienes una cuenta en el banco, aunque no trabajes, pagas. Si no trabajas, pagas. Si el banco te engaña, pagas. Si crees que alguna de todas estas cosas es injusta, pagas. Si no estás fichado o no eres identificable, pagas. Incluso puedes ir a la cárcel. Nadie quiere ir a la cárcel. El miedo es el principal aliado del Sistema. El otro, es el dinero. Las hojas de los libros se han convertido en pantallas planas desde las que nos adoctrinan en el miedo y en el dinero. Sin dinero, no eres nadie, preocúpate.
Vivimos en un Sistema aparentemente inamovible. Nadie quiere oír hablar de Revolución, de cambio. Los seres humanos, tan adaptables en los primeros compases de su Historia, han terminado por evolucionar a seres sedentarios y aburridos. ¿Cuándo se producen los grandes cambios? Cuando hay Capital de interés por medio: recursos naturales, petróleo, minas de coltán, mano de obra barata, terrenos vírgenes que explotar... ¿Cuál va a ser la herencia que heredemos de un Sistema que se devora a sí mismo? Basura, ingentes cantidades de basura y residuos que no desaparecerán del planeta en cientos de años. Creo que el Sistema tiene un error: su concepto intrínseco de insostenibilidad.
Vivimos en un Sistema que muchos no aceptamos ni aprobamos. Vivimos en un Sistema que nos han impuesto y del que no nos dejan tomar parte. Un Sistema que nos manipulan, nos pervierte y nos viola sistemáticamente. Paga, pero asústate. Teme, pero cotiza. Retribuye, aunque los tengas de corbata. El Sistema te asfixia a base de terror y deudas. Si algo puede moverse o cambiar en este Sistema somos nosotros. El dinero solo es una herramienta, no un fin. El miedo solo es una herramienta, no un fin. Cuando los fines no están claros, las herramientas no sirven para nada. No hay que dejarse asustar ni dejarse arrastrar por la codicia. El dinero no vale nada cuando no tienes miedo.
¿Puedes cambiar el Sistema? Lo dudo. Pero siempre puedes cambiarte a ti mismo. No tienes por qué aceptar unas reglas injustas. Si te compras un juego de mesa cuyas reglas son complicadas o injustas, las cambias. ¿Quién no juega con sus propias reglas al Monopoly, al Risk o al Trivial? Si las reglas no te gustan, renuévalas. Hazlas evolucionar. Es curioso que la mayor parte de la gente busca reglas más equitativas que repartar el juego entre todos los participantes: turnos limitados, prétamos máximos, número determinado de respuestas... Lo cual demuestra que, en este gran juego que es el Sistema, a las personas que hacen las reglas no les interesa lo más mínimo que todos podamos participar de manera activa. Quieren marionetas con las que jugar. Quieren maniquíes a los que desnudar. ¿No te gustan las reglas? Es hora de cambiarlas.
Piensa por ti mismo. Actúa en consecuencia. Cambia las reglas. Cambia el objetivo del juego. Vende tu miedo. El Sistema es insostenible y quiere perpetuarse como una bola de nieve que rueda pendiente abajo. Lo que no sabe el Sistema es que todas las bolas de nieve gigantes acaban por estamparse contra algún árbol tarde o temprano. ¿Quieres convertirte en un árbol? Tú puedes convertirte en el mayor error del Sistema.
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